9 Tips Prácticos Económicos y Morales necesarios

El mundo entero se enfrenta a una crisis económica como nunca antes habíamos enfrentado: la gran brecha entre riqueza y pobreza extrema se hace cada vez más amplia.

En París, hace más de cien años, Abdu’l-Bahá, hijo de Bahá’u’lláh, el Profeta y fundador de la Fe de Baha’i, lo expresó así:

“Los gobiernos de los distintos países deberán ajustarse a la Ley Divina, que otorga igual justicia a todos. Ésta es la única manera de abolir la deplorable futilidad de la riqueza exagerada, así como la miserable, desmoralizante y degradante pobreza. Hasta que esto no sea un hecho, no se habrá obedecido la ley de Dios.”-  Cap. 47, La Sabiduría de Abdu’l-Bahá

La crisis económica, la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, la grave injusticia económica y muchos otros problemas más que han desconcertado a los expertos nos han obligado a reexaminar todo el sistema y hacer cambios fundamentales, antes de que colapse el sistema como casi lo hizo en 2008.

Un reciente titular de noticias resume los problemas económicos que enfrenta la humanidad: “Un CEO de una de las cinco principales marcas mundiales de moda tiene que trabajar durante solo cuatro días para ganar lo mismo que una costurera en Bangladesh ganaría en toda una vida”.

Los problemas económicos comenzaron desde el principio cuando Adam Smith, el padre de la economía moderna, escribió “La riqueza de las naciones”. Ese libro se convirtió en una escritura sagrada y referente para muchos economistas. Smith describió la economía como la ciencia de crear riqueza, pero excluyó la moral y la espiritualidad en sus teorías. Hizo del interés propio el motor de cada sistema económico.

Según Adam Smith, todos naturalmente intentan maximizar su propia satisfacción. Esa filosofía egoísta se convirtió en el caldo de cultivo de la avaricia, que ha sido la causa de tantos problemas económicos en el mundo.

Pero muchos de los seguidores de Adam Smith no consideran que Smith fue el primero en reconocer la importancia económica de la moralidad en su libro anterior “La Teoría de los Sentimientos Morales”, escrito en 1759, siete años antes de escribir “La Teoría de las Naciones”.

En su libro anterior, Smith reconoció el peligro inherente de la riqueza, incluso cuando aportó ideas para generarla:

“La disposición a admirar, y casi a adorar, al rico y al poderoso y a despreciar o al menos menospreciar a las personas pobres y de medios limitados, aun cuando sean necesarias para establecer y para mantener la distinción de jerarquías y el orden social, es a su vez la causa más grande y universal de la corrupción de nuestros sentimientos morales”. – “Teoría de los sentimientos morale!s, p. 3. Adam Smith.

Los Escritos de la Fe Baha’i expresan un punto de vista similar, con el siguiente principio fundamental de las enseñanzas de Bahá’u’lláh:

“es el reajuste y equiparación de las normas económicas de la humanidad. Esto está vinculado con la cuestión de la subsistencia humana. Es evidente que bajo los presentes sistemas y condiciones de gobierno, los pobres están sujetos a la más grande necesidad y miseria, mientras que otros afortunados viven en el lujo y la abundancia mucho más allá de sus necesidades reales. Esta desigualdad de participación y privilegio, es uno de los profundos y vitales problemas de la sociedad humana. Es evidente que existe la necesidad de una equiparación en la distribución mediante la cual todos puedan poseer las comodidades y privilegios de la vida. El remedio debe ser un reajuste legislativo de las condiciones. Los ricos también deben ser misericordiosos con los pobres, contribuyendo de todo corazón a sus necesidades sin verse forzados u obligados a hacerlo. La tranquilidad del mundo estará asegurada mediante el establecimiento de este principio en la vida religiosa de la humanidad.”  – “La Promulgación de La Paz Universal”, p. 124,  Abdul-Baha.

Este concepto de economía, fundamentalmente diferente de la idea darwiniana de la supervivencia del más apto, se basa en principios espirituales y morales. Abdu’l-Baha explicó claramente lo siguiente:

“Los secretos de toda cuestión económica son de naturaleza Divina y se ocupan del mundo del corazón y del espíritu.” – ‘Abdu’l-Bahá, The Baha’i World, página 448. [Traducción de Cortesía]

Las Enseñanzas Bahá’ís apoyan el proceso de espiritualización del sistema económico mediante la internalización de valores morales y espirituales. La economía está hecha para la humanidad, y tiene que reflejar en ella las verdaderas aspiraciones de la humanidad: práctica, ética, moral y espiritual.

Para evaluar nuestro progreso, tenemos que combinar las civilizaciones espirituales y materiales. Estos dos aspectos del desarrollo humano deben ir de la mano, dicen las enseñanzas de Baha’i, y complementarse entre sí en lugar de negarse:

“La civilización material ha alcanzado un plano avanzado, pero ahora hay necesidad de  establecer la civilización espiritual. La civilización material sola no puede satisfacer, no puede enfrentar las condiciones y demandas del época presente; sus beneficios están confinados al mundo de la materia. No hay limitación para el espíritu del hombre, pues el espíritu en sí mismo es progresivo, y si se establece la civilización divina el espíritu del hombre avanzará.” –  “La Promulgación de La Paz Universal”, p. 118,  Abdul-Baha.

El mundo necesita desesperadamente un cambio en todos sus sistemas obsoletos, y las enseñanzas de Baha’i hacen un llamado a que ese cambio se produzca primero a través de una reforma espiritual, un despertar de las almas de la humanidad.

Podemos pensar que no podemos hacer nada sobre el surgimiento de este Nuevo Sistema Económico más espiritual, pero eso no es cierto.

Al introducir valores morales y espirituales en nuestras actividades económicas cotidianas, cada uno de nosotros puede comenzar ese proceso de hacer cambios en nosotros mismos que afectarán a los demás. Esos cambios y acciones económicas, guiados por un profundo sentido de moralidad y servicio a toda la humanidad, ayudarán a construir las bases de una comunidad mundial justa y unificada para ese futuro necesario.

Existe una serie de sugerencias económicas prácticas puede ayudarnos a todos a actuar, y también ayudarnos a darnos cuenta de la increíble oportunidad que tenemos para transformar la sociedad. Estas nueve recomendaciones pueden colaborar en nuestras vidas económicas y espirituales:

  1. Concéntrese en las preguntas cruciales de la vida, como “¿quién soy yo?” “¿Cuál es el propósito de mi vida?” y “¿cuánto es suficiente?”
  1. Comprométase a vivir una vida simple, una vida libre de consumo excesivo y materialismo.
  1. Sea honesto en todos sus tratos
  1. Si dirige un negocio, siéntase satisfecho con un margen de beneficio razonable
  1. Justifique espiritualmente cada gasto preguntándose: “¿Es esto realmente necesario? ¿Es bueno para mí, mi familia y toda la familia humana?
  1. Tome sus decisiones Económicas con la intención de proteger el Medio Ambiente.
  1. En espíritu de servicio a los demás, sea voluntario siempre que le sea posible con el fin de servir a aquellos menos privilegiados o con menos recursos económicos, y/o poder donar a organizaciones de beneficencia.
  1. Adopte metas financieras razonables, evitando deudas, ahorrando habitualmente y haciendo que su bienestar espiritual sea independiente de su éxito material.
  1. Finalmente, en todos sus tratos con los demás, desarrolle una conciencia de que su prosperidad, bienestar y felicidad dependen de la prosperidad, bienestar y felicidad de cada persona pobre, necesitada y desfavorecida del mundo.

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