Estudio de los Escritos Bahá’ís sobre Economía (Siete Parte)

Al principio, debe mencionarse que, en aras de la simplicidad, estudiaremos brevemente estos Escritos bahá’ís sobre economía sin profundizar demasiado en su importancia e implicaciones. Se pueden escribir volúmenes en cada uno de estos Escritos y cada uno podría ser objeto de una inmensa investigación. A medida que pase el tiempo nos daremos cuenta de su importancia y de cómo pueden y nos llevarán hacia un sistema económico totalmente diferente. Los economistas del futuro escribirán libros sobre cómo estos Escritos Sagrados cambiaron nuestras vidas espirituales, sociales y económicas. Por lo tanto, tenga en cuenta que la simplicidad del lenguaje y mis débiles intentos de compartir mi comprensión sobre los mismos, no les hace justicia. Hay muchos Escritos que podrían mencionarse aquí, pero elegí a propósito estos porque cubren muchas áreas relacionadas a la economía.

 

RIQUEZA

“¡OH HIJO DEL SER!

No te ocupes de este mundo pues con fuego probamos el oro y con oro probamos a nuestros siervos..” – Bahá’u’lláh, Palabras Ocultas, Árabe, #55 

“ La riqueza es muy recomendable siempre que toda la población sea pudiente. Si, por el contrario, unos pocos tienen una riqueza desmesurada, mientras el resto se haya empobrecido y no se obtenga ningún fruto o beneficio proviene de esa riqueza, entonces es sólo un impedimen­to para su poseedor.”– Abdu’l-Bahá, The Secret of Divine Civilization, #.24 

“¡OH HIJO DEL HOMBRE!

Tú anhelas el oro y Yo deseo liberarte de él. Te consideras rico al poseerlo y Yo reconozco tu riqueza en que te santifiques de él. ¡Por Mi vida! Esto es mi conocimiento y aquello es tu fantasía, ¿cómo puede mi propósito estar de acuerdo con el tuyo?” – Bahá’u’lláh, Palabras Ocultas, Persa, #5

La gente tiende a creer que la riqueza es buena y siempre es un alivio. Las Enseñanzas Bahá’ís no están de acuerdo. No hay nada en contra de hacerse rico siempre que estemos conscientes de los peligros que puede traer. No hay duda de que las posesiones materiales y la riqueza pueden ser herramientas maravillosas, pero también pueden ser extremadamente dañinas. Los estudios han demostrado que la calidad de vida no necesariamente aumenta con un aumento en la riqueza. En muchos casos, ha sido al revés. Ganar una lotería no es necesariamente una bendición si no tenemos la capacidad de manejar la riqueza material. Además, a menudo las personas que han ganado una lotería o ganado una fortuna se encuentran muy aisladas y solitarias porque no pueden confiar en que otras personas se hagan amigas solo por ellas mismas; en cambio, la gente quiere estar cerca de ellos para ganar algo de su riqueza. Muchos de los que obtienen riqueza tienen más problemas que antes y, a menudo, esto cambia su carácter. El dinero es una prueba y algunos pasan, usándolo para caridad y buenas causas, pero algunos no lo pasan, y terminan gastando en un comportamiento dañino y excesivo. El dinero no garantiza la felicidad. Tenemos que poseer la capacidad espiritual para manejar la prueba.

 

MODERACIÓN 

“…Es deseable la moderación en todos las asuntos. Si una cosa es llevada al exceso, será fuente de mal.” – Bahá’u’lláh, Tablets of Bahá’u’lláh, p.69 

“Temed a Dios, y cuidaos de no traspasar los límites de la moderación y ser contados entre las extravagan­tes.”.” – Bahá’u’lláh, Gleanings from the Writings of Baha’u’llah, p.251

Vivimos en una era de exceso y todo parece estar fuera de proporción. La gente no parece entender el concepto de moderación en esta sociedad materialista. La creencia popular es que más es mejor y más grande es mejor. El exceso provoca un estilo de vida de consumismo en el que las personas gastan dinero en cosas que realmente no necesitan mientras sus semejantes se mueren de hambre. Si las personas gastaran parte de su dinero en los pobres en lugar de dedicarse a un gasto excesivo, ayudaría a disminuir la brecha entre ricos y pobres. El materialismo alimenta nuestros egos y, por lo tanto, ha causado tanto daño a nuestras almas. La moderación es en sí misma una bendición si se puede practicar.

 

COMPARTIR VOLUNTARIAMENTE

“…En las enseñanzas de Bahá’u’lláh (se prescribe) la benevolencia y esta supera a la igualdad. La igualdad se obtiene por obligación, pero la benevolencia es un acto voluntario (es decir, una opción). La perfección en el hombre se obtiene mediante las buenas obras realizadas de forma voluntaria, no por las buenas obras realizadas bajo presión. La benevolencia es una buena obra reali­zada de forma voluntaria. Esto quiere decir que las ricos deben ser benevolentes con las pobres; es decir, deben dar a las pobres, pero por su propia buena voluntad y deseo, y no que las pobres obliguen a las ricos a que lo hagan. Pues la presión engendra discordia y perturba el orden en las asuntos humanos.” – Abdu’l-Bahá, Selections from the Writings of Abdu’l-Bahá, p. 115 

El concepto de compartir es bastante extraño en las sociedades modernas porque hay un sentido de derecho: “Me lo he ganado. Lo tengo y es mío. ¿Por qué debería compartirlo? ”Se han introducido muchos sistemas, especialmente el comunismo, que promovieron la igualdad y el intercambio. Pero fue un intercambio por la fuerza, en lugar de ser voluntario, y no funcionó. Pero cuando el hombre alcanza un nivel más alto de espiritualidad, se dará cuenta del placer de compartir voluntariamente. Recién estamos comenzando a ver vislumbres de esto en nuestra sociedad. Creo que en el futuro esto se volverá común a medida que las personas descubran el placer y la satisfacción de compartir y ser generosos, en lugar de acumular algo sólo para el uso personal.

 

IGUALDAD 

 “La desigualdad social es el resultado inevitable de la natural desigualdad entre las hombres. Los seres huma­nos son diferentes con respecto a su capacidad y, por lo tanto, deben ser diferentes en su posición social y eco­nómica. Sin embargo, deben abolirse las extremos de ri­queza y pobreza.”  – Shoghi Effendi, Directives from the Guardian, p.20

 “Porque la comunidad necesita al financiero, al gran­jero, al comerciante y al trabajador, lo mismo que un ejército debe estar compuesto por un comandante, oficia­les y soldados. No todos pueden ser comandantes; no to­dos pueden ser oficiales o soldados. Cada uno debe ser competente en su nivel de la estructura social; cada uno en su funci6n de acuerdo con su talento, pero con igual­dad de oportunidades para todos.” Abdu’l-Bahá, The Promulgation of Universal Peace, p. 216 

La igualdad no significa que a todos se les paga la misma cantidad o que todos hacen lo mismo (como en el comunismo) porque por creación no somos iguales. Cada persona es única con sus propios talentos. Pero los extremos de riqueza deben ser limitados para que todos tengan la oportunidad de vivir una vida cómoda. En la sociedad, no todos pueden ser ingenieros, no todos pueden ser agricultores, no todos pueden ser personal del ejército, no todos pueden ser maestros. Hay diferentes roles para todos y todos son iguales en términos de oportunidades, no necesariamente de salarios.

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