Estudio de los Escritos Bahá’ís sobre Economía (Ocho Parte)

Al principio, debe mencionarse que, en aras de la simplicidad, estudiaremos brevemente estos Escritos bahá’ís sobre economía sin profundizar demasiado en su importancia e implicaciones. Se pueden escribir volúmenes en cada uno de estos Escritos y cada uno podría ser objeto de una inmensa investigación. A medida que pase el tiempo nos daremos cuenta de su importancia y de cómo pueden y nos llevarán hacia un sistema económico totalmente diferente. Los economistas del futuro escribirán libros sobre cómo estos Escritos Sagrados cambiaron nuestras vidas espirituales, sociales y económicas. Por lo tanto, tenga en cuenta que la simplicidad del lenguaje y mis débiles intentos de compartir mi comprensión sobre los mismos, no les hace justicia. Hay muchos Escritos que podrían mencionarse aquí, pero elegí a propósito estos porque cubren muchas áreas relacionadas a la economía.

 

IMPUESTOS

“Vemos todos los años aumentaros vuestros gastos, colocando esa carga sobre el pueblo que gobernais; esto no es sino grave injusticia. Temed los suspiros y lágrimas de este Agraviado y no agraveis a vuestro  pueblo más allá de lo que pueda soportar.” – Bahá’u’lláh, The World Order of Bahá’u’lláh, p.40

“Cada persona de la comunidad cuya necesidad fuera igual a su capacidad de producción individual, estará li­bre de impuestos. Pero si sus ingresos son mayores que sus necesidades, debe pagar un impuesto hasta que se logre un ajuste. Es decir, la capacidad de producción de un hombre y sus necesidades serán compensadas y re­conciliadas a través del tributo. Si su producción es abundante, deberá pagar un impuesto; si sus necesida­des exceden a su producción, recibirá una cantidad sufi­ciente para compensar o ajustar. Por tanto, el gravamen será proporcional a la capacidad y a la producción y no habrá pobres en la comunidad.”  – Abdu’l-Bahá, The Promulgation of Universal Peace, p.217 

La tributación es uno de los principios fundamentales de cualquier sistema económico. Abdu’l-Bahá ha propuesto impuestos graduados, lo que significa que cuanto más se gana, más impuestos paga. Los impuestos tienen que ser justos y se cobran sólo después de que alguien ha pagado todos sus gastos y le queda dinero. Este método no compromete la calidad de vida de las personas y el dinero recaudado de los impuestos se gasta en los pobres y desfavorecidos, lo que reduce el número de personas necesitadas en la comunidad.

 

HUQÚQU’LLÁH (El Derecho de Dios)

“La cantidad mínima sujeta  al  Huqúqu’lláh  se  alcan­za cuando los bienes de uno equivalen al número de  Vahid 3 ; es decir, cuando uno posee 19 mithqales de oro o adquiere bienes que alcancen este valor, después de des­contar de los mismos los gastos anuales, es aplicable el Huquq y su pago es  obligatorio.”– Bahá’u’lláh, The Compilation of Compilations, Vol. 1, p.493; Huququ’llah-The Right of God, #6

Además de los impuestos, Bahá’u’lláh ha ideado otros medios para reducir la brecha entre ricos y pobres. Es el Derecho de Dios que se otorga voluntariamente cuando un individuo gana más que todas sus necesidades. En ese momento, da un porcentaje establecido voluntario de sus activos. Es importante tener en cuenta que los impuestos recaudados, sumados al dinero otorgado a la caridad, así como a las donaciones al fondo de Baha’i con el dinero otorgado como el Derecho de Dios realmente pueden cerrar la brecha entre los dos extremos.

 

TASAS DE INTERÉS

“Por lo tanto, como una muestra de favor hacia los hombres, hemos prescrito que los intereses sobre el dinero deben ser tratados como cualquiera de las otras transacciones comerciales corrientes entre los hombres … Sin embargo, este es un asunto que debería practicarse con moderación y equidad. Nuestra Pluma de Gloria … ha desistido de fijar su límite . … exhortamos a los amados de Dios a observar justicia y equidad y hacer aquello que impulse a los amigos de Dios a demostrarse tierna compasión y misericordia el uno hacia el otro … ” … la conducción de estos asuntos ha sido encomendada a los hombres de la Casa de Justicia, para que los pongan en vigor de acuerdo con las exigencias de la época y los dictados de la sabiduría” – Bahá’u’lláh, Tablets of Bahá’u’lláh, pp.133-134

Es muy difícil ejecutar un sistema bancario sin intereses. Pero en muchas sociedades, la tasa de interés es extremadamente alta, por ejemplo, en tarjetas de crédito y préstamos estudiantiles. Un alto interés en un préstamo estudiantil es injusto porque los estudiantes a quienes se les ha asignado este interés no tienen trabajo para pagar el préstamo o el interés y necesitan seguir pagándolo durante muchos años una vez que ingresan a la fuerza laboral. Esto coloca una pesada carga en la vida económica del individuo que, a su vez, disminuye su calidad de vida. Bahá’u’lláh enfatizó el concepto de un buen préstamo, lo que significa que la tasa de interés tenía que ser tal que no afectará al prestatario y que beneficiara a todos. La persona o empresa que presta el dinero obtiene una cantidad adecuada de intereses y la persona que solicita el préstamo está contenta porque puede pagarlo. Un buen préstamo es básicamente una tasa de interés justa y razonable, utilizando el principio de moderación.

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