Estudio de los Escritos Bahá’ís sobre Economía (Segunda Parte)

Al principio, debe mencionarse que, en aras de la simplicidad, estudiaremos brevemente estos Escritos bahá’ís sobre economía sin profundizar demasiado en su importancia e implicaciones. Se pueden escribir volúmenes en cada uno de estos Escritos y cada uno podría ser objeto de una inmensa investigación. A medida que pase el tiempo nos daremos cuenta de su importancia y de cómo pueden y nos llevarán hacia un sistema económico totalmente diferente. Los economistas del futuro escribirán libros sobre cómo estos Escritos Sagrados cambiaron nuestras vidas espirituales, sociales y económicas. Por lo tanto, tenga en cuenta que la simplicidad del lenguaje y mis débiles intentos de compartir mi comprensión sobre los mismos, no les hace justicia. Hay muchos Escritos que podrían mencionarse aquí, pero elegí a propósito estos porque cubren muchas áreas relacionadas a la economía.

 

LA ESTACIÓN DEL HOMBRE

“Grande sería la posición del hombre si se aferrase a la rectitud y la verdad y permaneciese firme y constante en la Causa. Ante el Dias de Misericordia, un verdadero hombre es coma el firmamento; el sol y la luna son su vista y su oído, y las estrellas son su brillante y resplan­deciente carácter. Su posición es la más elevada y su in­fluencia educa al mundo del ser.”  Bahá’u’lláh, Tablets of Baha’u’llah, p.220 

“Si, por el contrario, la naturaleza espiritual del alma ha sido fortalecida hasta el punto de someter bajo su dominio al lado material, entonces el ser humano se aproxima a lo Divino; su condición humana se glorifica y las virtudes de la Asamblea Celestial se manifiestan en él; irradia la Misericordia de Dios, y estimula el progreso espiritual de la humanidad, por cuanto se convierte en una lámpara que ilumina su camino.” – Abdu’l-Bahá, Paris Talks, p.65-66 

Dios nos ha dicho que creó al hombre a su imagen. La posición del hombre es muy alta y tiene un gran destino espiritual. Pero en el mundo de la economía esto no se reconoce. El hombre es un trabajador, un gerente o un consumidor, y su contribución se limita a eso. El sistema no reconoce que sus aspiraciones espirituales deben ser el objetivo de un sistema económico, un sistema que lo capacite y le brinde herramientas para que pueda trabajar hacia su destino espiritual y sus metas espirituales, para convertirse en un ser espiritual que tiene una experiencia humana, en lugar de un ser humano que tiene una experiencia espiritual.

 

CIVILIZACIÓN MATERIAL Y CIVILIZACIÓN ESPIRITUAL

“La civilización material ha alcanzado  un  plano avanzado, pero ahora hay necesidad de la civilización espiritual. La civilización material sola no puede satisfa­cer; no puede afrontar las condiciones y demandas de la época presente; sus beneficios están confinados al mundo de la materia. No hay limitación para el espíritu del hombre, pues el espíritu en sí mismo es progresivo y, si se establece la civilización divina el espíritu del hom­bre avanzará.” – Abdu’l-Bahá, The Promulgation of Universal Peace, p. 101

 “Como la civilización material se ha ido extendiendo hasta ahora, debe promulgarse ya la civilización divina. Hasta que las dos no concuerden, la verdadera felicidad de la humanidad será desconocida. No podrá el hombre alcanzar su más completa realización sólo con el desa­rrollo intelectual y el poder de la razón; es decir, no po­drá alcanzar el progreso logrado por la religión con el mero uso de su intelecto.” – Ibid, p. 170

La historia de la humanidad ha demostrado que el hombre no se ha dado cuenta de que tiene dos naturalezas: una es su naturaleza material y la otra es su naturaleza espiritual. La historia ha demostrado el desarrollo del hombre en términos  naturaleza, su naturaleza espiritual, lo ha hecho básicamente unilateral: todas sus energías se gastan en ganancias materiales. No sabe que tiene un lado espiritual y que su progreso material depende de su progreso espiritual, porque todas las decisiones tomadas, si no se toman sobre una base espiritual, no serán beneficiosas para su alma y su ser. La armonía perfecta es aquella en la que la civilización material y la civilización espiritual van de la mano. En la actualidad existe un gran desequilibrio entre las dos civilizaciones.

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